viernes, 30 de octubre de 2020

40%



40%

Este texto va sobre el merecimiento, sobre lo que merecemos o creemos merecer.

Stephen Chbosky escribió que aceptamos el amor que creemos merecer… Eso es verdad.

Para que entiendan mi relato, comenzaré desde el principio.

Tengo ya seis años de relación con un vato a quien nombraremos Alex. Después de un año de relación decidimos irnos a vivir juntos por lo que llevamos aproximadamente cinco o seis años de vivir en unión libre.  Al iniciar la relación, él argumentó que buscaba una relación formal y para siempre. Yo me hice muchas ilusiones al respecto, pues significaba una relación madura y estable. Luego de tres años de “relación” y dos de vivir juntos él dijo no querer casarse ni poder tener hijos ni querer relacionarse más allá, en este último me refiero a que es una persona que no se involucra  sentimentalmente. Al paso de los días yo lo he considerado más que un novio, un asistente digital, como una Alexa pero que respira, de ahí el nombre de Alex.

 

Irónicamente, en todo ese tiempo no me había dado cuenta de nada, hasta ahora, les cuento:

 

Después de  tres meses de terapia psicológica, aproximadamente seis o siete años de “relación” y un extraordinario derroche de energía intentando que Alex compartiera conmigo más allá del clima… Sin éxito alguno. Que me di cuenta, lo entendí todo.

 

Tuvimos una conversación que me abrió los ojos (Al fin).

 

Alex había ido ese día a firmar algo así como una renovación de su contrato laboral, en la noche, cuando cenábamos, comenzó a contarme que su nuevo contrato incluía una especia de testamento, para que en caso de morir la empresa entregue a la familia algún dinero para gastos funerarios.  Recuerdo claramente que dijo “Te puse en mi testamento, a ti te puse el 40% y a Tere (Su hermana) 60%.”

Amigos, no imaginan el coraje que sentí, indignación y coraje. Respondí: “O sea que soy menos”, a lo que respondió “Es para el funeral”.


De entrada, él estaba pensando que mi indignación tenía que ver con el dinero, pero no es así.

En realidad  creo que ese 40% es muy simbólico, es un reflejo muy claro de nuestra “relación”.

Me vinieron a la cabeza dos ideas principales:

1.-  Hasta en su funeral quiere controlarme

2.- ¿Yo? ¿Después de seis o siete años de relación? ¿40%?

 

La primera es simple, no me cree capaz de hacer un funeral, no confía en mí para hacerlo. Y eso enoja.

La segunda duele más, como mencionaba antes….

Alex me ha estado entregando TODO EL TIEMPO, toda la relación el 40% de él, el 40% de su atención, de su cariño, de su confianza, de su tiempo, de su vida. Y tristemente, no me había dado cuenta antes hasta que él mismo lo puso en cifras.

Gracias al cielo y a la terapia pude sentir esta indignación, ¿Por qué la indignación? Es fácil, porque YO no merezco el 40% de nada. YO merezco el 100% de TODO.

Definitivamente, no quiero el 40%, no me sirve. Yo lo quiero TODO. Me merezco el 100%  pero sobretodo merezco una persona que sepa que lo merezco TODO y aún más importante alguien que esté dispuesto a compartir conmigo el 100%.

Absolutamente nadie merece solo el 40%.

NUNCA TE CONFORMES CON MENOS DEL 100%

El siguiente paso es dejar a Alex, será sin duda el acto más grande amor propio que he hecho por mí jamás y seguramente no será sencillo, pero será.

Ya luego les cuento como me fue.


Emma ⭐️

lunes, 13 de julio de 2020

LO QUE NO ERES...


Lo que no eres…

Vas por la vida fingiendo ser LO QUE NO ERES, que astutos ustedes que están acostumbrados a ir por ahí con un disfraz.
Solo importa lo que ves, tu mente es tan pequeñita que solo puedes ver, lo que puedes ver.

Hay una frase de Antoine de Saint-exupery donde dice: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Es una frase tan cierta.
Ahora imaginemos un segundo ir por la vida sin lo “esencial”, “Viviendo” desde lo superficial desde la apariencia, desde el querer proyectar… LO QUE NO ERES…

Necesitas tanto que las personas te vean como alguien PERFECTO que se te ha ido la vida en eso.

Cuando te acercaste a mí, no fue la excepción, necesitabas que yo creyera que eres perfecto. Y así fue.
Parado derechito con una cara de soberbia inigualable, pronunciando correctamente, sin malas palabras ni por error, sin mostrar emoción alguna más que firmeza y carácter. Esforzándote al máximo por demostrar que sabes más, mucho más que nadie en el mundo, tú lo sabes todo, lo demás no saben nada. Estás convencido de que tu plusvalía reside en tu intelecto y si así fuera, valdrías tan pero tan poco.
No sabes sentir ni empatizar, no sabes distinguir las emociones en los ojos de una persona, no sabes cuantas veces moría de tristeza y lloraba, tú interpretabas que me había resfriado, ni siquiera imaginabas lo rota que estaba por dentro.

Solo puedes ver lo que puedes ver, incontables fueron las veces que mientras moría de furia, interpretabas que me dolía algo, yo solía decirte “Si, me siento mal”, “Me duele…… ”, Todo con tal de no tenerte que explicar lo que no estabas dispuesto ni a escuchar ni a entender.
Me engañaste con tu disfraz o ¿Me deje engañar? Supongo que quise creerte, quise creer que eras… LO QUE NO ERES.

Sí, me engañó tu pose, el disfraz, tus palabras. El desengaño, fue probablemente lo más doloroso que he tenido que sentir hasta hoy, sentía que no podía, sentía desvanecerme, me sentía parada en medio de la anda sin absolutamente nada ni nadie. Me sobrepasó el choque con la realidad.

Aquí la lista de engaños en los que caí.

    Fingiste ser una persona dispuesta a tener una relación  
     estable, NO LO ERES.
-   Como solo puedes ver lo que ves y solo te importa lo que vean, eres capaz de LO QUE SEA para ser todo un “hombre” frente a tus compañeros de trabajo.
-   Una novia de fachada te viene bien, salir conmigo al mundo exterior sonriendo y saludando cuales reyes de la primavera, eso es todo lo que necesitas, una novia objeto, sin emociones, sin que te haga dramas o reclamos.
-   ¿Cómo alguien tan emocionalmente inestable va a tener LO QUE SEA estable? NO HAY MANERA.

Argumentaste: “No llores sola en casa, puedes venir a llorar aquí conmigo siempre que quieras”. Fingiste ser una persona dispuesta a escuchar y apoyar moralmente: NO LO ERES.
-   No toleras verme llorar, tenga lo que tenga, sienta lo que sienta, NO TE IMPORTA, te importa que este bien siempre y eso es algo que NO puedo hacer, no quiero.
-   No estás dispuesto a escuchar absolutamente nada de lo que tenga que decir, ya sea de mí, de mis emociones o de lo que sea.
-   Eres incapaz de verme estallar de lo que sea: de rabia, de tristeza, de alegría, de placer, de paz.
-   Sencillamente te estorban las emociones y decidiste asumir que a mí también.

Fingiste estar lleno de ímpetu sexual, enviándome textos eróticos. Un hombre MUY sexual. NO LO ERES.
-   Un par de meses te duró el sexo, después saliste a decir que no podías.
-   TU A MI à rechazándome sexualmente TU A MI.

Fingiste ser la persona que jamás me haría lo que mis ex novios me hicieron. NO LO ERES.
-   A la primera oportunidad que tuviste, me fallaste.
-   A la primera oportunidad que tuviste, me lastimaste, buscaste humillarme y hacerme sentir menos… Como ellos.


Fingiste ser MUY SABIO. NO LO ERES. Ni sabio, ni inteligente… Ni siquiera mínima mente.
-   ¿Cómo es que no sabes lo mal que lo paso contigo?
-   ¿Cómo es que no sabes el odio y el rencor que generas en mí cuando no respetas lo que quiero?  Cuando por fuerza quieres hacer solo lo que tú consideras.
-   Tampoco sabes que está mal ir por la vida sobajando a las personas que te aman.
-   Ignoras por completo lo que significa RESPETO:
  -_- No respetas a las palabras al hablar,
    Interrumpes PUTAS siempre.
       -_- No respetas lo que quiero.
       -_- No respetas las emociones de nadie.
       -_- No respetas la privacidad de nadie.
       -_- No te respetas NI A TI MISMO. 


Fingiste ser perfecto. NO LO ERES. Ni de lejos ni de cerca.
-Me creí tanto tu personaje del PERFECTO, que enfermé, lloré, me enoje, me deprimí, me odié creyendo que no había manera de que el que estuviera mal fueras tú.  

Me costó muchos días darme cuenta de que solo era un disfraz. Pero ahora lo sé. Sé que debajo de ese disfraz hay un humano completamente infantil, 8 años aproximadamente, a quien de la vida no sabe nada y ni le interesa saberlo, que de emociones, de mujeres y del mundo real, NO SABE NADA.
Debajo de ese disfraz no hay nadie que valga la pena.
Hoy sé bien que esperar de ti, gracias a que hoy conozco perfectamente bien LO QUE NO ERES.

Emma ⭐️

jueves, 30 de enero de 2020

Un final diferente




By:  Marithea.
Había una vez, una princesa encantada
Con la ilusión de vivir un cuento de hadas
Por la propuesta de un supuesto príncipe se vio tentada
Y decidió comer por gusto la manzana envenenada
Olvidando que en realidad no existen hadas madrinas
Ni bolas de cristal ni espejos que vaticinan
Ni la voluntad de acero que la torre escalaría
Ni la rosa encantada que a la bestia transformaría
Sabía, que la vida no es hermosa,
Pero no es lo mismo un cactus a la espina de una rosa.
Se desangraba, entendió en el sufrimiento
Que no todo es de acuerdo al cuento.
Que se puede ser, príncipe y villano al mismo tiempo
Que hay brujas y princesas que habitan el mismo cuerpo
Y si es cierto que el beso del amor verdadero rompe el hechizo?
Hay muchos que sueñan despiertos.
Y donde está el final feliz que en algunos planes hubo?
Tal vez en algún momento y el tiempo no se detuvo.
Ahora esta con un tirano que la tiene bajo un yugo
Su príncipe es un dragón tras de las veces  de  verdugo
Su presente feliz, también se deshizo
Ella sabe que en realidad no está bajo ningún hechizo.
Que una malvada no cuida la torre, es solo un mito
Ya la bruja queda presa cada que dice espejito
Ella, ya no quería ser una princesa
Su castillo es una torre que sirve de fortaleza
Ya ni la magia pesa
No rompen el hechizo con un beso pero
Se rompen cuando se besan.
El solo sabe rugir, ella solo sabe llorar
El ya no la escucha solo sirve de guardián
Ya que él no quiere subir, ella prefiere bajar
Y él dejar que se escape pa’ poderse liberar.
La vida no es cuento, que pasa lo de siempre
No todas las caperucitas, son tan inocentes
No todos los leñadores del bosque son tan valientes
Ni todos los lobos salvajes suelen mostrarte los dientes
Nada es bueno, ni malo completamente
La mayoría está sujeto a un depende
Qué caso tiene prometer infinitud tan firmemente
Si dentro de lo finito no existe el eternamente
No durmiendo siempre pero de bello soñar.
Sin zapatillas pero con alma de cristal
Vivieron felices para siempre, ese no es un final
Si no vivir siempre buscando la felicidad.



lunes, 13 de enero de 2020

Carta Final de Beck, Serie "YOU"



Solías envolverte en cuentos de hadas como una manta, pero lo que amabas era el frío.

Escalofríos agudos al descubrir los cuerpos de las esposas de Barba Azul, escalofríos mas dulces cuando el príncipe azul te coloca el zapato de cristal en tu pequeño pie... calza perfecto! 
Pero en la escuela las princesas reales te pasan flotando en vientos de otoño, viste el abismo entre las chicas ricas y tú y juraste dejar de creer en cuentos de hadas, pero esas historias estaban dentro de ti, profundas como veneno... 
Si el príncipe azul era real, el podría salvarte. Necesitabas ser salvada de la injusticia de todo... ¿Cuando llegaría? La respuesta era un cruel gesto de desdén en cien momentos fugaces.... 
Por cada chico disfrazado de hombre que dejaste entrar a tu cuerpo, tu corazón aprendiste que no tienes la magia que vuelve príncipe a la bestia... Te rodeaste de las chicas que siempre envidiaste con el deseo de compartir su poder y te odiaste, y eso te denigro aun más.
Luego cuando creías que era mejor desaparecer, él te vio y en el fondo sabias que era demasiado bueno para ser verdad, pero te dejaste llevar porque fue el primero con la fuerza para levantarte ahora en su castillo comprendes que el príncipe azul y Barba Azul son el mismo hombre y no tendrás un final feliz a menos de que ames las dos caras. ¿No querías eso? ¿Ser amada? ¿No querías que te coronara? ¿No lo pediste? Entonces di que puedes vivir así... di gracias... di que lo amas... di lo que sea menos la verdad! ¿Y si no puedes amarlo?

Beck.