lunes, 11 de noviembre de 2024

Mi principe azul.

 



Pasé muchos años de mi vida buscando a mi príncipe azul y descubrí que mi príncipe azul había estado siempre ahí, frente al espejo. YO SOY MI PRINCIPE. Durante todo ese tiempo, creí que mi felicidad dependía de alguien más, de un amor romántico, de una figura que me rescatara. Pero, al final, entendí que el verdadero poder radica en mi propia autonomía y en la capacidad de amarme y cuidarme a mí misma.

Y prometo hacerme muy feliz todos los días de mi vida. Prometo celebrar mis logros, abrazar mis fracasos como lecciones valiosas y caminar con la cabeza en alto, sabiendo que soy suficiente tal y como soy. No necesito que nadie valide mi existencia, porque yo soy la dueña de mi destino y la creadora de mi felicidad.

EL DÍA QUE ME DI CUENTA QUE NO NECESITABA UN HOMBRE, entendí que no se trata de llenar un vacío, sino de reconocer mi propia fortaleza. Dejé de buscar fuera lo que ya estaba dentro de mí: mi valentía, mi inteligencia, mi capacidad de amar, y sobre todo, mi independencia. Ya no busco un "complemento", porque yo ya soy completa.

La independencia no es solo una elección, es una declaración de poder. Y ese poder está en cada mujer que se elige a sí misma, que se acepta sin condiciones, que se empodera para tomar las riendas de su vida. Porque la verdadera libertad está en saber que nuestra felicidad no depende de nadie más que de nosotras mismas. Y ese es el más grande acto de amor propio.


Emma ⭐️

¿Quién inventó la meritocracia?

 


"Hay quienes persiguen la libre y hay quienes sin correr la alcanzan", así dice el refrán...
Esto viene a que he pasado toda mi vida persiguiendo liebres y hoy renuncio a eso.
Renuncio a ir por la vida siempre forzando las cosas, las situaciones, los eventos...
Renuncio a esforzarme tanto siempre por cada cosa en mi vida.
Hoy quiero ser libre de eso, quiero ser libre de hacer lo que me dé mi chingada gana sin importarme las consecuencias.
Deseo de todo corazón que Dios y su infinita bondad me pongan en el lugar en donde tenga que estar... Sé que Él tendrá el mejor destino para mí.
No todo tiene que doler, no siempre tiene que ser complejo y no en todo se debe de trabajar arduamente.
Hay cosas que sencillamente tienen que pasar y no existe nada para detener eso...
A veces, aunque pongas todo tu esfuerzo, no es suficiente. Y aunque nos han vendido la idea de que "el que lucha, consigue", la realidad es que la meritocracia es solo un mito.
La vida no se trata de simplemente sudar por algo hasta que lo consigas. No siempre el esfuerzo proporcional se traduce en el resultado esperado, y eso es algo que uno debe aprender a aceptar.
Nos han enseñado que si trabajamos lo suficiente, todo se consigue, pero olvidan decirnos que hay factores que escapan a nuestro control: el tiempo, las oportunidades, las conexiones, incluso la suerte. La meritocracia, esa idea de que todo depende solo de lo que uno haga, es una falacia que solo alimenta la frustración de quienes no logran lo que desean a pesar de su dedicación. No todo depende de nuestro esfuerzo individual; a veces, simplemente no es el momento, o no es el lugar, o no es lo que nos corresponde.
Por eso hoy elijo liberarme de esa carga. No quiero seguir persiguiendo algo que no depende solo de mí.
Hoy quiero ser libre de esa creencia de que debo luchar constantemente para "merecer" lo que quiero. Prefiero confiar en que, si es para mí, llegará. Y si no lo es, también estará bien. Porque la vida, aunque impredecible, también tiene su propio orden y su propio tiempo.

Hoy me permito soltar. Hoy me permito descansar, y sobre todo, hoy me permito no necesitar justificar mi existencia en la cantidad de esfuerzo que pongo, sino en la paz que soy capaz de encontrar en el camino.


Emma ⭐️

Ser la chica buena no sirve.

 


                

Y como esto de ser la novia modelo y la niña buena jamás ha funcionado, es importante entender que muchas veces las mujeres, al tratar de cumplir con todas las expectativas de los demás, terminan perdiendo su propio bienestar y sus deseos en el proceso. Este comportamiento puede estar profundamente relacionado con el síndrome de la "niña buena", un patrón de pensamiento y conducta donde las mujeres intentan ser perfectas, complacientes y sumisas, esperando que su bondad sea recompensada con amor, atención y respeto.

El síndrome de la niña buena surge cuando las mujeres aprenden desde pequeñas que deben ser agradables, no causar conflictos y priorizar las necesidades de los demás antes que las propias. Este tipo de crianza o expectativas sociales puede hacer que las mujeres sientan que deben cumplir con un rol idealizado para ser aceptadas o queridas. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto se convierte en una trampa, ya que, en lugar de ser vistas como seres completos con sus propias pasiones y necesidades, son percibidas como personas que viven para los demás, sin autonomía ni voz propia.

El libro Por Qué Los Hombres Aman a Las Cabronas, de Sherry Argov, ofrece una perspectiva interesante sobre cómo las mujeres pueden liberarse de este molde. Argov sugiere que las mujeres que son demasiado complacientes, siempre dispuestas a ceder, tienden a ser percibidas como débiles o sin poder en las relaciones. A través de este enfoque, la autora anima a las mujeres a adoptar una actitud más asertiva, estableciendo límites claros y aprendiendo a decir no cuando es necesario. Lejos de ser un acto de egoísmo, esta actitud representa el reconocimiento de que una relación sana y equilibrada requiere el respeto mutuo, y que es crucial mantener el amor propio para poder ofrecer un amor genuino a los demás.

El punto central de Por Qué Los Hombres Aman a Las Cabronas es que, al ser demasiado "buenas", las mujeres a menudo caen en relaciones donde los hombres no las valoran de manera adecuada. En cambio, aquellas que se muestran seguras, independientes y que no temen poner sus propias necesidades al frente, suelen generar una mayor atracción y respeto en sus parejas. Esta "cabrona" no es alguien que actúa con maldad o egoísmo, sino una persona que sabe lo que quiere, se respeta y no teme mantener su independencia dentro de la relación.

Así que, en lugar de ser la niña buena que siempre complace a todos, es importante aprender a ser auténtica, a establecer límites y a ser consciente de que el amor propio es la base de cualquier relación sana.


Emma ⭐️

Quiero ser de madera.

 



Tengo mucho dolor, tengo más dolor del que puedo soportar en mi corazón... esto de tener que ser de madera, duele demasiado. No sé cómo seguir adelante cuando todo lo que siento es un vacío tan grande, tan pesado, que me consume desde adentro. La ruptura no solo se lleva el amor, sino que arrastra todo lo que creías que te definía, todo lo que pensabas que era parte de tu futuro. Es como si la vida se detuviera de repente, como si el mundo siguiera girando mientras tú te quedas atrapado en una pausa interminable, con el corazón roto y los pensamientos fragmentados.

La gente te dice que el tiempo lo cura todo, pero el tiempo no borra el dolor; solo lo hace más tolerable, como una herida que se cicatriza pero sigue siendo sensible al más mínimo roce. El dolor de una ruptura amorosa es una herida profunda, un golpe directo al alma que no se puede describir con palabras, porque es un dolor que va más allá de lo físico. No es solo la ausencia de esa persona, es la sensación de que todo lo que construyeron juntos se derrumba en cuestión de segundos. Es el duelo de los planes rotos, de los sueños compartidos que ahora son solo recuerdos vacíos.

Y ser de madera... ¿qué significa eso? Significa que tienes que seguir adelante, que no puedes mostrar tu vulnerabilidad, que el mundo espera que seas fuerte, que superes el dolor con rapidez. Pero dentro, sientes que te deshaces. Afuera, pareces entero, pero adentro, estás hecho pedazos. No es fácil llevar esa fachada, esa coraza de indiferencia, cuando lo único que deseas es llorar, gritar, hacerle saber al mundo lo profundo que duele perder lo que amabas. La ruptura te deja una cicatriz que, aunque no se vea, se siente en cada momento de silencio, en cada pensamiento que te transporta al pasado.

Todo lo que queda es el eco de lo que fue, de lo que ya no será. Y el peor dolor es el de aceptar que lo que pensabas que sería eterno, ya no lo es. Y aunque trates de seguir siendo de madera, con el tiempo te das cuenta de que no puedes seguir ocultando lo que sientes. El dolor sigue allí, implacable, recordándote que amar también implica perder, y que a veces, por más que te duela, la vida sigue, aunque tu corazón se quede atrás.


Emma ⭐️

Es confuso.

 


Todo es tan confuso y cada día entiendo menos.

No sé si te odio a ti o odio la vida...
No sé si odio la vida por ti,
o si te odio a ti por la vida.
Tal vez sencillamente sólo te odio a ti y a tu perfecta vida,
esa que parece no tener fisuras,
mientras la mía se desgarra entre contradicciones y emociones a medias.
Quizá lo que realmente me molesta
es que todo lo que tú eres,
lo que tienes,
lo que vives,
me recuerda lo que no soy,
lo que no tengo,
y lo que nunca podré alcanzar.
Tal vez lo que me duele
es saber que, por más que me esfuerce,
hay cosas que no puedo cambiar
y que te veo tan ajeno a mis luchas, tan distante de mis miedos.
Y tal vez, al final, no se trate ni de ti ni de mí,
sino de cómo la vida se siente como una injusticia
cuando me doy cuenta de que algunos nacen con todo
y otros, como yo,
solo luchamos para entender qué nos falta.


Emma ⭐️

El pasado...

 


A veces, por más que lo intentas, no puedes evitar voltear hacia atrás. La vida, con su curso impredecible y sus giros sorpresivos, tarde o temprano te recuerda que eres la suma de todas las decisiones que tomaste, de las palabras que dijiste, de los momentos que viviste. Te recuerda que eres el reflejo de lo que hiciste y de lo que te hicieron en el pasado, incluso si ya has cambiado o intentas dejar esas huellas atrás. El tiempo no borra por completo lo que ha sido, ni las cicatrices emocionales, ni los errores cometidos, ni las victorias que una vez te definieron.

El pasado, de alguna manera, siempre te persigue, como una sombra que se niega a desvanecerse, aunque ya no quieras mirar hacia atrás. Quizás lo intentes, buscando avanzar sin arrastrar esos recuerdos, pero la vida tiene una forma de traerlos de vuelta en momentos inesperados: en una canción, una conversación, una imagen fugaz o una simple sensación. Te enfrenta nuevamente a lo que ya no eres, pero que, de alguna forma, sigue siendo parte de ti.

Y, aunque quieras dejar atrás ciertas partes de tu historia, la realidad es que esas experiencias, tanto las buenas como las malas, te han formado. Ellas te han enseñado lecciones que ahora llevas contigo, aunque a veces te cueste aceptarlo. La lucha está en saber cómo vivir con esos recuerdos, en cómo aprender a integrarlos sin dejar que definan por completo quién eres ahora. Porque, al final, lo que hiciste y lo que te hicieron, ya sea de forma dolorosa o liberadora, se convierte en una parte de tu viaje. Y, aunque puedas mirar hacia adelante, es imposible olvidar que el pasado siempre te acompañará, recordándote que, en última instancia, eres un ser que evoluciona, pero nunca olvida.

Emma ⭐️

Los mismos valores.

 




Sí, considero que la gente que ha sido criada con los mejores y más grandes valores, en un entorno familiar sólido, amoroso y estable, no debería, bajo ninguna circunstancia, ni siquiera conocer a personas cuyo único propósito en la vida es vivir en constante conflicto, envenenando su entorno con negatividad. Mucho menos, deberían involucrarse o intentar formar una familia entre estos dos mundos tan opuestos. Es inevitable que, tarde o temprano, el mal termine arrastrando al bien, porque la oscuridad tiene una fuerza mucho más poderosa para corromper que la luz para iluminar. El caos, la violencia y la destrucción son mucho más fáciles de sembrar y expandir que la paz, la armonía y el amor genuino.

Una persona con principios sólidos y un corazón limpio corre el riesgo de perder su esencia si se ve rodeada por aquellos que solo buscan conflictos y destruir lo que han logrado. Por eso, creo que estas personas deben rodearse de quienes comparten sus mismos valores, de quienes buscan construir, mejorar y elevar el espíritu humano, no de aquellos que, en su ignorancia o maldad, solo buscan arrastrar a los demás a su propio abismo. En el final, la armonía y el respeto mutuo son los pilares fundamentales para una convivencia plena. Es esencial que los individuos que provienen de un entorno saludable y positivo se mantengan en su camino, lejos de la influencia destructiva que puede empañar su paz interior.


Emma ⭐️

Ahora busco...

 



Ahora busco a alguien que me sonría, que este de acuerdo con mis ideas, que no me juzgue, que tome en cuenta y valore mi opinión, que respete mis acciones, decisiones y movimientos, busco a alguien que no esté enojado con la vida, que viva en armonía con él mismo, amándose, respetándose, cuidándose. Ahora busco alguien que no tenga el alma rota... busco esa sonrisa que da paz y alegría.. con quien hacer equipo y deshacer adversidades, ahora busco al amor de mi vida!


Emma ⭐️