Tengo mucho dolor, tengo más dolor del que puedo soportar en mi corazón... esto de tener que ser de madera, duele demasiado. No sé cómo seguir adelante cuando todo lo que siento es un vacío tan grande, tan pesado, que me consume desde adentro. La ruptura no solo se lleva el amor, sino que arrastra todo lo que creías que te definía, todo lo que pensabas que era parte de tu futuro. Es como si la vida se detuviera de repente, como si el mundo siguiera girando mientras tú te quedas atrapado en una pausa interminable, con el corazón roto y los pensamientos fragmentados.
La gente te dice que el tiempo lo cura todo, pero el tiempo no borra el dolor; solo lo hace más tolerable, como una herida que se cicatriza pero sigue siendo sensible al más mínimo roce. El dolor de una ruptura amorosa es una herida profunda, un golpe directo al alma que no se puede describir con palabras, porque es un dolor que va más allá de lo físico. No es solo la ausencia de esa persona, es la sensación de que todo lo que construyeron juntos se derrumba en cuestión de segundos. Es el duelo de los planes rotos, de los sueños compartidos que ahora son solo recuerdos vacíos.
Y ser de madera... ¿qué significa eso? Significa que tienes que seguir adelante, que no puedes mostrar tu vulnerabilidad, que el mundo espera que seas fuerte, que superes el dolor con rapidez. Pero dentro, sientes que te deshaces. Afuera, pareces entero, pero adentro, estás hecho pedazos. No es fácil llevar esa fachada, esa coraza de indiferencia, cuando lo único que deseas es llorar, gritar, hacerle saber al mundo lo profundo que duele perder lo que amabas. La ruptura te deja una cicatriz que, aunque no se vea, se siente en cada momento de silencio, en cada pensamiento que te transporta al pasado.
Todo lo que queda es el eco de lo que fue, de lo que ya no será. Y el peor dolor es el de aceptar que lo que pensabas que sería eterno, ya no lo es. Y aunque trates de seguir siendo de madera, con el tiempo te das cuenta de que no puedes seguir ocultando lo que sientes. El dolor sigue allí, implacable, recordándote que amar también implica perder, y que a veces, por más que te duela, la vida sigue, aunque tu corazón se quede atrás.
Emma ⭐️
No hay comentarios:
Publicar un comentario